La habilitación urbana es el proceso de convertir un terreno rústico o eriazo en urbano, donde el nivel de consolidación de los precios debe ser el 90 % del total del área útil en el predio matriz. Para el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, los predios de una zona urbana debidamente consolidada deben contar con servicios públicos domiciliarios, pistas, veredas e infraestructura vial, redes de agua, desagüe y alcantarillado y alumbrado público. Adicional a ello, se puede considerar las redes de gas y telecomunicaciones.
De acuerdo al artículo 3 del Reglamento de la Ley 29090, los propietarios, usufructuarios, superficiarios, concesionarios, titulares de una servidumbre o afectación en uso o cualesquiera que cuente con ciertos derechos para llevar a cabo obras de habilitación urbana sobre un predio.
El proceso de habilitación urbana consiste en:
Localización del terreno rústico-eriazo
Factibilidad de servicios
Certificación de zonificación y vías
Diseño de una habilitación urbana
Autorización de una habilitación urbana
Ejecución de la habilitación urbana
Recepción de obra e inscripción registral
Uso y mantenimiento
Importancia de contar con un plan de habilitación urbana:
Seguridad: No sólo garantiza la permanencia y estabilidad, sino que también asegura sistemas de evacuación ante cualquier siniestro y reduce el riesgo de accidentes a las personas.
Funcionalidad: Detalla las dimensiones y el uso de los espacios, la factibilidad de servicios básicos y la accesibilidad a personas con discapacidad.
Habitabilidad: Asegura la salubridad e higiene y la protección térmica y sonora para el confort e integridad de las personas.
Adecuación al entorno y protección del medio ambiente: El plan se adecúa al entorno sin dañar las características de la zona y asegurándose de que las futuras edificaciones no degraden el medio ambiente.
Tipos de habilitación urbana:
El Ministerio de vivienda, construcción y saneamiento reconoce 6 tipos de habilitación urbana: