Cuando existe una buena relación entre arrendador y arrendatario; existe ventajas para llevar con cordialidad el alquiler: el primero obtendrá todos los meses un ingreso económico habitual y sabrá que su patrimonio se encuentra en buenas manos y, el segundo, se sentirá cómodo y tranquilo en la vivienda en la cual reside.
Los consejos que vamos a dar algunos ya los conoces, pero nunca está de más recordártelas, lo vamos a dividir en dos: para los propietarios y para los inquilinos
Consejos para los propietarios:
Firmar un contrato de alquiler, este documento reconoce los derechos y obligaciones de cada una de las partes y sienta unas bases legales
Establecer unas normas básicas, estas normas vienen recogidas en el contrato de alquiler, como: la cuota mensual del alquiler, fecha de pago, normas de convivencia de la comunidad en la que se encuentra la vivienda, normas de mantenimiento de las instalaciones o electrodomésticos, Inventario de muebles o electrodomésticos de la vivienda si los hubiera.
Alquilar la vivienda en buenas condiciones
Resolver los problemas que pueda surgir en la vivienda con agilidad.
Consejos para los inquilinos:
Pagar el alquiler en tiempo y forma acordada.
Respetar la vivienda y todo lo que se contiene en ella y no hacer uso indebido de la misma.
Comunicar los problemas o averías que pueda haber con rapidez para que el propietario pueda hacerse cargo y no provocar desperfectos adicionales.
Asumir los daños que se hayan podido provocar durante el período de arrendamiento para que el propietario haga la devolución íntegra de la garantía/fianza.
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